lunes, 20 de febrero de 2012

L'ONG carletina Tashi Delek construeix una escola al Nepal



Pese a que las localidades de la Ribera, y en general las de toda España, no están atravesando su época económica más holgada, existen lugares en los que viven en peores condiciones y que apenas pueden cubrir las necesidades más básicas. Los niños no saben qué es una videoconsola o un ordenador, porque algunos ni siquiera tienen sus propios lápices y cuadernos. La ONG Tashi Delek de Carlet lleva años trabajando para mejorar el futuro de los más pequeños. Ahora está trabajando en la construcción de una escuela en Nepal, y aunque está resultando un arduo trabajo, la satisfacción de verla construida está sacando adelante el ambicioso proyecto.

El futuro colegio está en el Este de Nepal, más concretamente en el punto de partida del 'trekking' al Kanchenjunga, la tercera cordillera más alta de la zona. Se prevé que el centro escolar tenga una capacidad para que 24 niños aprendan las lecciones que corresponden a sus edades. La dimensión del colegio será de 44 metros. Será construido con cemento y con el techo de plancha. Además se acondicionará con mobiliario adecuado, como bancos y mesas para trabajar. Parece un material obvio para dar clase, pero otras escuelas próximas no disponen de estos medios. La luz eléctrica será posible gracias a las placas solares que instalarán unos ingenieros que colaboran en el proyecto. Esto se completará con una fuente y dos váteres. El presupuesto que se invertirá para dar forma a esta idea es de 8.000 euros.
La oenegé cuenta con nombres propios, personas que están detrás de esta iniciativa, como Rafael David. Este vecino de Carlet se encuentra desde hace unos meses en Nepal para realizar los trámites burocráticos pertinentes, como conseguir el terreno, los permisos, la contratación de los obreros y controlar los trabajos que desarrollan otros colaboradores residentes en el país, Andy Coopland y Postonath Gura Gyn.
Primeros cinco años
La organización ha previsto un esquema a seguir para los próximos cinco años. Tashi Delek se encargará de pagar el sueldo a la profesora y costear el material que utilicen los niños durante los próximos cinco años. Una vez pasado este periodo, será el propio Estado quien asuma la responsabilidad de financiar el funcionamiento de la escuela.
Susi-La Funglin School será el nombre de la nueva infraestructura. La elección del mismo no ha sido casualidad, sino en memoria de Susi Moltó. Esta vecina de Carlet era una amante de Nepal y trabajó intensamente como una de las promotoras principales para crear y dar vida a la organización que hoy es una realidad. Moltó falleció en 2010 y con esta escuela se pretende recordar su persona y su legado. La denominación Susi-La Funglin School está aprobada por el Departamento de Educación del Village Development Commitee de Taplejung.
Para los pequeños, es un sueño poder aprender en un lugar acondicionado para ello, y el final de ese sueño está cada vez más cerca. Si las obras suceden tal y como están programadas, el centro escolar estará acabado el próximo mes de mayo, sustituyendo a la rudimentaria escuela de bambú en la que aprenden y que, además, está llena de elementos deteriorados. Además de la construcción de la nueva escuela, la ONG carletina Tashi Delek ha prestado ayuda a otras tres escuelas primarias del Valle de Kangchen.
Estas escuelas se encuentran muy alejadas de las carreteras, el acceso a ellas es muy complicado y por tanto, el desarrollo de las tareas y la llegada de ayuda es muy costoso. Pese a las dificultades, el grupo de Rafael David ha conseguido aportar llevar a los niños el material necesario, como mochilas, libretas, lápices, tizas, borradores y reglas.
«Tashi Delek basa su actuación en la ayuda a los escolares, ya que consideran esencial que los niños, y en especial los de corta edad, tengan acceso a una educación básica y de calidad, que aprendan a leer y a escribir desde bien pequeños», aseguran fuentes municipales.
Además, desde el Consistorio puntualizan que su contribución al desarrollo de estos poblados «la hacen de forma directa, a través de las recaudaciones económicas de amigos, colaboradores y voluntarios de Carlet y de otros lugares. Son ellos mismos quienes se encargan de comprar el material escolar en Nepal y repartirlo directamente a los niños en los colegios con la intención de crear riqueza en el país».

Font: Sandra Parrilla. Las Provincias

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